miércoles, 19 de septiembre de 2012

7:19 a.m.

Alrededor de las siete de la mañana varias personas estaban al teléfono de sus familiares o llamando a su trabajo, niños llegando a clases, el trafico comenzaba a fluir de manera habitual, mientras que otros corrían en el parque para después entrar a trabajar, realizando su ejercicio mañanero habitual; el día comenzaba sin novedad en la Ciudad de México el 19 de septiembre de 1985, cuatro días después del grito de independencia.
 
En un instante, una mujer recobraba el conocimiento percatándose que escombros cubrían su cuerpo, solo recordaba la cesárea que había tenido horas antes; otros eran desalojados de las estaciones del metro, sonidos de ambulancias y patrullas.
 
En otros Estados intentaban comunicarse a la capital sin obtener éxito, las noticias comenzaban a recorrer el territorio nacional e internacional; la ayuda venia en camino mientras que personas desesperadas gritaban frustrados “…No pude ayudarlos…” De hecho nadie pudo hacer nada ante semejante demostración del poderío de la madre naturaleza, las placas tectónicas se movieron a las 7:19 de la mañana sin la conciencia de todas las actividades de los mexicanos, solo sucedió.
 
En los siguientes días, muchos compatriotas se internaron en la Ciudad de México para ayudar desinteresadamente; un avión extranjero sobrevolaba la Ciudad de México, cargado de provisiones y ayuda esperando “permiso para aterrizar”, hermanos mexicanos unidos por una causa ajena a lo político, social, fecha conmemorable o cualquier otra circunstancia similar, estaban unidos y ayudando por el simple hecho de salvar la vida de otro ser humano, de otro mexicano. Personas reptaban entre los escombros arriesgando su vida para encontrar sobrevivientes… de pronto, un sonido y enseguida un silencio de parte de todos rescatistas voluntarios. No solo nació horas antes, sino que volvió a nacer, no sólo el, se trató de varios bebes, mujeres, hombres y niños que fueron rescatados por personas que no les importó exponerse.
 
El edificio Nuevo León, el hospital Juárez, el hotel Regis, Televicentro (actualmente Televisa Chapultepec), son solo algunos de los numerosos edificios que se derrumbaron ese fatídico día, en el cuál perdimos a muchos compatriotas en dos minutos, pero también muchos otros sobrevivieron; de igual forma nos dimos cuenta que como sociedad podemos estar unidos y las diferencias se pueden hacer  a un lado.
 
Hoy día, 27 años después escribo estas líneas y recuerdo la desesperación de mi madre por saber donde estaba mi padre… reflexiono y me pregunto… ¿está preparada la ciudad de México si se suscita una circunstancia similar?
 
Sé que hacer en caso de un sismo; he investigado bien sobre los programas de protección civil y se brindar los primeros auxilios, ¿pero la mayoría de la gente lo sabe?
 
Es una circunstancia que puede ocurrir en cualquier momento y no le interesa la situación financiera, social, económica o política de un país; de hecho no le importa si sabemos o no de cómo actuar antes, durante y después de un sismo… simplemente sucede, en presentes fechas Grupo Impacto Inteligente GII360° realizó una encuesta a colación del aniversario de esta catástrofe, esta gráfica refleja un poco de esas cuestiones que me he planteado: 

 
Al observar la misma encuesta me puedo cuestionar entre tantas cosas, si los capitalinos tenemos presentes los acontecimientos sobre el temblor del 85, sus consecuencias y acciones por tomar; mi fraternidad y parte de mis recuerdos a las familias afectadas, así como mi reconocimiento a las autoridades delegacionales encargadas de la protección a los civiles, por siempre estar alertas, reforzar día con día su responsabilidad y compromiso para su labor…

 

Fernando Arroyo.


3 comentarios:

  1. admiradora de sabias palabras19 de septiembre de 2012, 13:52

    como siempre las palabras de quien redacta este escrito me estremecen. y me deja saber que aunque no este en nuestras manos el cambiar poder de la naturaleza si esta en nuestras manos el poder reaccionar ante tal poder.

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  2. La realidad es que como en todas las tragedias demostramos que como pueblo podemos ser unidos y ayudar al prójimo. La solidaridad es fundamental y aquí se vio reflejada ...y claro que nos ayudo a ver los errores de reacción en estos casos y así poderlos mejorar en caso de siniestros de tal magnitud!

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  3. Me parece que es algo que aun que se ha intentado en México no se ha retomado, nos hemos confiado en que nunca volverá a pasar algo así o que los edificios son mas "seguros" a mi me parece que, la madre naturaleza nos puede jugar una bromita como la del 21 de marzo de este año o como la de 85 por eso es importante estar preparados!!

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